¡¡Odio el turismo!! Me gusta vivir en un lugar por periodos más o menos largos. Me disgusta ir por tiempos cortos, saltando de un lado a otro como alma que lleva el diablo sin enterarme de la misa ni la mitad, la copla que canta o saber de qué pie cojea.
Uno es de donde quiere saber, el DNI no dice mucho. Soy consciente que algunos lugares el pulso late más que en otros. No me impresionan las personas reinas, me deslumbra todo el mundo, el ser humano. Miro a la gente cara a cara y en el fondo de su alma. Soy impulsivo, cuando tengo la curiosidad saciada me voy a otra parte mariposa, con mi música ahí donde “encarte” y tercie, sabedor que todo lo bueno ocurre en la cama y en los bares. Decía Humphrey Bogart que “Con el sexo se puede alcanzar el mayor grado de diversión posible, sin tener que reírse”. Cuánta razón tenía el puñetero.
A cierta edad si uno vive del recuerdo, está perdido. Solo los desocupados tienen que recurrir al recuerdo para llenar una parte de su existencia. Yo deambulo por la historia y me sumerjo en la vida de los demás para impregnarme de idiosincrasia y sabiduría popular.
Suelo distraerme mucho, y tanto con papeles u objetos, me divierte mirar a la gente, atender a las conversaciones y a los tratos, hacer fotografías, hablar con los amigos.
Son los gaditanos de la Sierra quienes me abren las entendederas y me cuentan infinidad de historias, unas muy reales y otras inverosímiles: la Sierra gaditana es así.
No hace mucho tiempo atrás, en los pueblos de la Sierra gaditana existía la figura del “Mamón”, figura muy útil en el medio rural que gozaba de gran responsabilidad.
La congestión mamaria puede ocurrir cuando los senos de la mujer empiezan a producir la leche materna. Si su cuerpo produce una gran cantidad de leche que no se extrae de los senos, es posible que ponga presión en los conductos lactíferos o galactóforos. Esto dificulta el flujo de leche por los caños. Los cauces galactóforos llevan la leche materna desde las glándulas (pequeños sacos) donde se produce hasta el pezón. De siempre, la ingurgitación o exceso de leche en glándulas mamarias fue un problema que ha generado inflamación local y numerosas molestias para la madre. Esta ingurgitación se acompaña de inflamación en los senos, misma que hace que los pezones de la madre se aplanen y hagan más difícil el trabajo de alimentación para el bebé, ya que no puede sujetarlo en su boca ni succionar.
Como no habían inventado los “sacaleche” que hoy en día abundan en el mercado, la sociedad rural de la Sierra gaditana dio respuesta al problema llamando con mucha discreción a un personaje masculino que carecía de dentadura y que visitaba a las madres para aliviarlas.
El Mamón de la Sierra gaditana, recorría los pueblos al reclamo de sus servicios, respondiendo con su vida si cometía alguna indiscreción que pusiera en riesgo el honor del marido o padre de la criatura lactante.
Tanto la figura del “Mamón”, como la del “Preñador” aparecen con mucha asiduidad desde la edad media, terminando por desaparecer en los albores del siglo XIX. Por cuestiones de un machismo social mal entendido, el “Preñador” ha sido más recogido en la literatura popular que la del Mamón de nuestra historia aquí referida.
"El trote de la culebra" - Antropología social y cultural 
Curiosa historia.
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