España es un país extraordinariamente complejo, lleno de resentimiento y rencillas, en donde se engaña con el sol, las playas, el vino y la simpatía. España siempre ha sido sostenida por personas secretas, anónimas, valiosas, esforzadas, aisladas, menospreciadas, inteligentes y a veces geniales. En el campo, estas personas abundan mucho.
A partir de las pérdidas de los territorios de ultramar (España no tuvo colonias, sino territorios de ultramar, debido a que la gran mayoría de súbditos quería seguir siendo española), el motor de España se gripa y la sociedad entra en un profundo agujero negro de gilipollez en donde la historia de España se maltrata. Se tiene el complejo de que no se es nadie. Siempre estando mirando hacia fuera, cuando lo más valioso ya está entre los españoles, tan solo corresponde sacarlo.
El mundo existente no es solo anglosajón como desde todos los púlpitos parlanchines e ilustrados se nos quiere vender, hay otra manera de verlo. El olvido de la historia española es reciente.
La base económica de las sociedades humanas hasta hoy en día fue y siempre ha sido el campo. La agricultura y la ganadería fueron los dos pilares fundamentales para el desarrollo de todas las ciudades, de las aldeas, de las redes comerciales.
La tecnología agraria se estancó en la del mundo romano sin mayores novedades. El arado romano profundizaba muy poco en la tierra y eso provocaba unos rendimientos muy bajos, ya que al estar la semilla muy superficial, se lavaba cada vez que llovía.
En Cataluña se poseía una próspera industria textil, y en Jerez hubo igualmente una industria boyante del vino.
El Museo Antonio Cabral de Tecnología Agraria está instalado en Jerez de la Frontera, Cádiz, concretamente en el Instituto de Segunda Enseñanza Santa Isabel de Hungría, y reúne una serie de máquinas y aperos de labranza de tecnología antigua.
Hay una amplia relación de máquinas y herramientas destinadas en su mayoría a la labranza del cereal en secano, sin que por ello falten algunos elementos de las labores del viñedo y la bodega, que persiguen reflejar con sencillez pero con exactitud las diferentes tareas realizadas en el campo a lo largo del año agrícola. La colocación de los materiales sigue un proceso diacrónico (a través del tiempo), de las labores agrícolas para las que estaban destinados. Se ha dividido el año agrario en seis periodos desde el arado y preparación de la tierra al transporte y almacenamiento de las cosechas.
El mundo agrario gaditano no se puede entender sin la lectura de publicaciones adecuadas, dentro de las cuales se encuentra:
… y otra a resaltar:
El museo de Tecnología Agraria nace como proyecto en 1994, gracias a Antonio Cabral Chamorro, quien consiguió la cesión de diferentes aperos y máquinas de labranza. En la puesta en marcha del museo han participado: la dirección de IES Sta. Isabel de Hungría, y los Departamentos de: Geografía e Historia, Ciencias Naturales, Dibujo, Lengua y Literatura, y de Tecnología.
FUENTES: JJuan Luis Sánchez Villanueva, Cristóbal Orellana González, Antonio Cabral Chamorro, José García Cabrera, Museo de historia y tecnología agrarias «Antonio Cabral Chamorro» (Jerez, IES «La Merced»), Biblioteca Central de Jerez, otros