A veces, en contadas ocasiones, algunos ejemplares retornan de entre los muertos trayendo apariencia de película zombi, de esas pelis que tanto gustan a los jóvenes. Con mal aspecto, hechos polvo, rasgados, maltratados, aún son útiles.
Cada día, cada mañana, cuando abro los ojos me arengo pensando en ellos, los libros y, me incito a mí mismo masticando estas míticas palabras: “Dentro de tres semanas yo estaré recogiendo mis cosechas. Imaginad dónde querréis estar y se hará realidad. ¡Manteneos firmes! ¡Si os veis cabalgando solos por verdes prados, el rostro bañado por el sol, que no os cause temor! ¡Estaréis en el Elisio y ya habréis muerto! ¡Hermanos! ¡Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad!”.