TRANSITANDO EL CAMINO DE LA MANO IZQUIERDA

¿Qué pasaría si hubiera una forma de vida alternativa que desafiara las normas sociales y religiosas establecidas? ¿Qué pasaría si hubiera personas que buscaran el conocimiento y el poder ocultos, sin importarles el precio que tuvieran que pagar? ¿Qué pasaría si hubiera un camino espiritual que se basara en la voluntad, la rebeldía y la libertad individual?

En el siglo XVII, por las estrechas calles empedradas de Jerez, se rumoreaba de un camino espiritual que contrastaba con la enseñanza de la iglesia. Este camino era visto por muchos como algo peligroso y oscuro, pero otros lo veían como una ruta de empoderamiento y autoconocimiento. Las personas que seguían El Camino de la Mano Izquierda eran tachadas de blasfemas y herejes por los líderes de la iglesia. Pero entre los seguidores de este camino, en Jerez se formó un grupo secreto de practicantes, que se reunían en las oscuras noches jerezanas. Entre ellos se encontraba un joven alquimista, quien tenía un gran deseo de conocerse a sí mismo y hallar su lugar en el mundo.

En su búsqueda de respuestas, había probado varios caminos espirituales, sin embargo, ninguno le ofrecía la revelación personal que buscaba. Fue entonces cuando escuchó hablar del Camino de la Mano Izquierda y desechó investigar más. El joven buscó y encontró el grupo de practicantes en Jerez. Descubrió que El Camino de la Mano Izquierda consistía en la exploración de los aspectos más profundos de uno mismo, sin renunciar a la propia naturaleza y el poder interior. Los seguidores de este camino creían en la transformación de uno mismo a través de su voluntad y poder interior, mediante prácticas de meditación, rituales y sistemas mágicos.

El camino que el joven jerezano había elegido no era un camino para débiles; sino para aquellos que poseían la voluntad suficiente para explorar lo desconocido y descubrir su verdadero potencial. Su camino no era para aquellos que buscaban una comodidad fácil en la práctica espiritual, sino para aquellos que deseen un empoderamiento y autoconocimiento. El Camino de la Mano Izquierda era un camino que, aunque a menudo estaba mal visto, estaba lleno de sabiduría y prosperidad espiritual. La elección era de cada uno, seguir la enseñanza de la iglesia o ir más allá de lo convencional para encontrar su verdadero poder interior.

Lo que sí parece ser cierto es que en el Jerez de la Frontera del s. XXI, el Camino de la Mano Izquierda es un camino espiritual que contrasta fuertemente con el Camino de la Mano Derecha, que es más convencional y visto como una ruta más fácil y cómoda en la práctica espiritual. El Camino de la Mano Izquierda se basa en el principio de que el individuo debe buscar su propia divinidad y su propio destino, sin someterse a ninguna autoridad externa o moral. Para ello, utiliza las fuerzas oscuras y ocultas de la naturaleza, como la magia negra, el sexo tántrico, la necromancia y el pacto con entidades infernales. Este camino se centra en el poder y el potencial del individuo, enfatizando la transformación de uno mismo a través de rituales, prácticas de meditación, sistemas mágicos y otras herramientas ocultas.

Digámoslo así, el Camino de la Mano Izquierda no es para los ingenuos. Es un camino lleno de riesgos y desafíos, que exige una gran disciplina, coraje y determinación. Es un camino que puede llevar a la iluminación o a la locura, a la gloria o a la perdición. Es un camino que solo pueden recorrer aquellos que se atreven a mirar más allá de las apariencias y a cuestionar todo lo que les han enseñado. Es un camino que solo pueden transitar aquellos que quieren ser los dueños de su propia vida.

FUENTE: Del libro «LA CUERDA, historias de un impostor»