EL ESPECTRO DE LA CAMACHA

lacamacha

Objetos que se mueven solos. Enjambres de insectos inexplicables. Sonidos de pasos en el interior. Llaves de las puertas que saltan de las cerraduras. Gritos desgarradores. Pasos de carruajes inexistentes en los alrededores del lugar en estos tiempos que corren. Extraños ruidos que provienen del tejado como si alguien estuviera tirando piedras. Una mujer que parece que lleva un hábito de monja recorriendo la estancia.

En cualquier caso sea realidad o solamente una leyenda urbana, lo que es cierto es que muchos arcenses han visto al atardecer o en las madrugadas, una luz encendida en la planta superior, más sombras, y si no… fijaros cuando paséis al alba por ahí (no confundir con las luces de seguridad).

Un espectro o fantasma es la representación ectoplasmica de la energía de alguien que ya falleció. Durante algún tiempo, esa energía que lleva cada ser humano en su interior, queda presente en este plano de existencia, posiblemente recorriendo aquellos lugares que le fueron familiares en algún momento. Aparentemente es la causa de la presencia de muchos fantasmas que todavía no han visto la «luz».

El signo más común de una aparición son las cosas que se alteran en la noche. Sonidos raros como pasos, golpes, arañazos en las paredes, gemidos o gritos en medio de la noche, la música inexplicable o susurros detrás de ti a menudo pueden ser signos de una aparición. Esto no se limita a los sonidos, el movimiento de objetos a menudo al azar puede acompañar a un fenómeno paranormal, como que las puertas se abran o se cierren por sí solas, las luces parpadean, las pinturas que caen o vuelan fuera de la pared, y así sucesivamente.

Una aparición está unida a una ubicación específica e incluye informes repetidos de fenómenos paranormales en el tiempo. Esto puede ir desde días hasta varias décadas. Una aparición puede ocurrir a plena luz del día o en la noche, la tarde es considerada como el momento más popular para que una aparición fantasmal se produzca.

Un comentario en “EL ESPECTRO DE LA CAMACHA

  1. Nunca me tomé esas cosas en serio, No me reía, porque si me infunden respeto e incluso miedo, pero me parecían patrañas que intentaban intimidad o llamar la atención.
    Hasta que, una familia amiga, empezó a contar los diferentes episodios que sufrían, a poco de llegar a habitar una nueva vivienda: cajones de cubiertos que se abrían o sonaban en la noche, puertas que se cerraban, respiraciones sobre la cara que despertaban del sueño… Uno de los chicos, dormía agarrado al mando de la tele, porque cuando sentía ese calor sobre él, encendía el aparato y se desvanecía.
    Aprendieron a convivir con ello tranquilamente. Solo cuando los hijos se emanciparon y los padres cambiaron de vivienda, los sucesos desaparecieron por completo de sus vidas.Desde entonces, se que algo de verdad hay en ello.
    Yo, por si acaso, cuando entro en un sitio y oigo algo raro, siempre digo en voz alta ¡NI SE TE OCURRAAAAAAAA!

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