Sin lugar a duda alguna, la Semana Santa en Arcos de la Frontera, tiene raíces esotéricas muy hondas, en las que el iniciado debe trabajar sobre las fuerzas lunares, y las fuerzas de Mercurio, con las fuerzas de Venus y del Sol, y de Marte, de Júpiter y de Saturno. El Logos se desenvuelve aquí en Siete Regiones y de acuerdo con los siete planetas del sistema solar.
Por eso algunos relacionan los símbolos de los cuatro evangelistas con la astrología zodiacal babilónica, de tal forma que el toro de Lucas se relaciona con el signo de Tauro, el león de San Marcos con Leo, el águila con Escorpio, y el hombre alado, con Acuario, pues esas eran las constelaciones que marcaban las estaciones en esa época. También se relacionan con los cuatro elementos y con las cuatro cualidades divinas: Amor, Justicia, Poder y Sabiduría. Hay más correlaciones con el número cuatro: cuatro son los ríos del Paraíso, los profetas mayores del Antiguo Testamento, los doctores de la Iglesia, las partes del mundo, los temperamentos humanos, las Virtudes y los puntos cardinales. Se trata por tanto de un simbolismo universal de múltiples lecturas
Obviamente, todo el drama cósmico, tal como está escrito en los cuatro Evangelios, y reflejado en la fachada de la iglesia de San Pedro de Arcos (Casco antiguo), deberá ser percibido dentro de nosotros mismos. Esto no es algo meramente anecdótico, es algo para vivir ¡aquí y ahora!
Me encanta como está expresado, aunque un poco lioso con tantas miscelánea.
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