La vida no tiene ningún sentido. La gente está desesperada por encontrar algo mágico en lo que creer. Cada vez tenemos más necesidad de creer en algo.
Donde la magia pone en juego las fuerzas naturales, la religión lo hace con las divinas. Donde la magia exige, ordena y espera de una forma automática las consecuencias de sus actos, la religión ora, suplica y confía en ser atendida.
Por magia podemos entender aquellas manifestaciones que, a través de medios naturales, intentan conseguir efectos extraordinarios que parecen sobrenaturales. La religión, en cambio, se puede considerar como el conjunto de creencias y prácticas, relativas a lo sentido como «sagrado» por una persona, en relación con la divinidad.
La vuelta a la superstición es evidente. Cuando las cosas reales no van bien se vuelve la mirada a lo mágico.
El telón de fondo es que muchas mujeres y hombres buscan adueñarse de su destino y de lo que les sucederá mañana, valiéndose de ciertos rituales que desafían el sentido común con los que pretenden cambiar el trascurso de los acontecimientos.

El vinagre es el producto final de la fermentación y la alquimia, simboliza la maduración orgánica anterior a la regeneración que representa el gran salto de la muerte a la vida eterna; es sinónimo de purificación. Se utiliza para limpiarse uno mismo.
La fórmula del vinagre con sal es antiquísima. Se dice que ya la usaban los alquimistas de la Edad Media, y que los Magos la ponían en práctica para alejar a los malos espíritus.
En Jerez de la Frontera, se emplea para limpiar energías negativas de un ambiente, ya sea del hogar, negocio, bar, o un despacho. El vinagre jerezano también se usa para contrarrestar trabajos de magia negra.
Para abrir todo tipo de caminos de magia en los “jereles”, es muy útil el vinagre.
Si se vierte en una palangana agua y vinagre de Jerez, se puede saber si sufres mal de ojo o te han realizado algún trabajo de magia negra. Cuando la sal y el vinagre reaccionan, y aparece un color blanquecino, la respuesta es afirmativa.
En Jerez se mezcla vinagre y ajo para cortar trabas producidas con hechizos mal intencionados. O vinagre con pimienta negra para alejar a los enemigos y personas indeseadas.
Si lo que se quiere es apaciguar y purificar a personas o lugares después de una disputa, se utiliza en Jerez, incienso y vinagre.

Para alejar las enfermedades del hogar se manejan clavos de olor y vinagre local.
Para una “limpia” de la casa jerezana, se toma un vaso de cristal, al que se vierte tres cucharadas de sal, después se llena con vinagre de vino de Jerez. Se tiene presente que el vaso debe estar sobre un plato, para luego colocarlo detrás de la puerta principal. Si la vivienda es muy grande, se reparten varios vasos y platos por ella. Pasados unos días hay que controlarlos como se encuentran. Si la sal ha “subido” por el vaso llegando a salirse, significa que está limpiando el ambiente de vibraciones bajas (envidias, celos, discusiones, etc.). Si la sal del fondo se ha puesto de colores (verde, rosa, morado, etc.), está anunciando negatividad en el sitio. Si la sal no se ha salido y está normal, significa que no hay negatividad en el lugar. Sea como sea que esté la sal, hay que dejar todo como está hasta que se evapore. No hay que tocar con las manos la sal, pues en ella reposa la negatividad.
Otro modo de limpieza energética del hogar con vinagre en Jerez, es fregando con agua, sal gruesa, y vinagre jerezano todo el suelo de la vivienda, haciéndolo desde el fondo de la casa hacia la entrada, tirando el agua por el wáter o servicios.

El tema del amor no se escapa en Jerez de la Frontera, por ejemplo recordemos el hechizo con vinagre para olvidar un mal amor con vinagre.
Un lunes, cuando la luna esté en cuarto menguante, hay que llevar tres flores a la casa para colocarlas en un recipiente con media cucharada de vinagre de Jerez. Se deja el recipiente en la ventana del dormitorio, preferentemente abierta. Al día número trece, hay que añadir tres cucharadas de miel a un recipiente grande con agua. En la noche, la persona interesada se baña con esta agua, con la cual se irán los recuerdos del mal amor.
Para finalizar, ustedes pueden deducir que el mensaje de este escrito es que una de las formas de ser feliz en Jerez de la Frontera, es creer en la hechicería y supersticiones. Y los jerezanos no se equivocan. No es la única manera de sobrevivir, engañándose a uno mismo con mentiras piadosas.
¿Y si funciona?