En sus rincones, este libro guarda voces y esconde imposibles. Encabrita los ánimos como el aliento de una virgen descarada. Voy a contaros lo que han visto mis ojos y mis oídos escuchado. Probablemente no vayáis a creéroslo, pero, de todas formas, os lo voy a contar. Os voy a hacer testigos…
El mundo gaditano está empedrado con preguntas sin respuesta. En Jerez de la Frontera, como en cualquier pueblo gaditano, la única esperanza es la siguiente copa de vino, se busca la vida aquí y allá, en los bares… hay que andar con los ojos bien abiertos y el oído atento, lo asombroso y misterioso te pisa los talones.
También es cierto que todos somos personas de un padre y una madre distintos, por lo que te puedes encontrar con un capullo en cualquier esquina. La diferencia entre lo viril y la estupidez a veces es muy sutil.
Después de cierta edad, nuestros héroes ya no suelen enseñarnos cosas ni guiarnos. En lugar de ello, optan por proteger el último territorio donde se encuentran a ellos mismos. Quédate en el libro, un libro para bajarse del vagón de tu mente. Intenta, en este libro, recuperar el aliento que se te ha caído por el camino.
Un hombre, o mujer, debe moverse mientras pueda. Ir a lugares que estén lejos y volverse sabio… En la provincia de Cádiz, de repente te das cuenta de que el sitio en el que vives empieza a ser realmente otro país. Estás perdido, nunca más te encontraras a ti mismo. Es como el diálogo de dos fetos en el útero sobre las cosas de este mundo, simplemente una sarcástica metáfora de nuestra ignorancia del más allá.