En la página de Facebook “El Arca de Noe”, sus dibujos son un cajón de lencería fina donde uno encuentra una navaja afilada. Y eso nunca es banal. Noe en sus ilustraciones va por libre plasmando suspiros sobre papel. No es ella una comecocos, pensadora de recreo o en horas libres que se ha destruido a sí misma antes de destruir a los demás. Esta mujer (Noelia), lleva tiempo en su existencia depurando con ácido todas sus contradicciones, las ha abrazado como quien abraza un caballo maltratado y moribundo y le pide perdón en nombre de la humanidad.