UN RINCÓN DEL ALMA Y VICIO

“Al borracho fino, dulces y vino”, esto pienso cuando escucho que en la calle Larga de Jerez, se quema una tienda dedicada a la venta de bombones de chocolate.
En el rincón del pecado etílico (La Moderna), a dónde acudo a saciar la sed de ideas, bebo un amontillado NPU de la bodega Sánchez Romate, mientras rumio las palabras de una bruja jerezana sabía que dice: “prefiero ser una borracha anónima a borracho visto”, para señalarme mi costumbre de empinar el codo en los bares. ¡Qué sería el mundo y los hombres sin las mujeres! Las sabias naturalmente.
Me encanta Catherine Breillat cuando opina en voz alta: “No comparto esa idea de la mujer llorando y lamentándose de su suerte como si fuera una víctima inocente y desvalida. La mujer ha de mirarse al espejo y demostrarse lo fuerte que es”. Me fascina esta mujer, sobre todo en el momento que suelta por su boquita: “No es comparable una violación, que implica una agresión y violencia, y es un crimen, con el cásting de sofá. Tener miedo de perder el papel en una película, no significa haber sido violada, eso es otra cosa. Puede ser un cerdo el hombre que usa su poder para conseguir favores, pero no es un violador”.
En la misma línea, la actriz maravillosa Carmen Maura, subraya: “Que de repente se apunte todo el mundo a decir que las han violado… pues que lo hubieran dicho antes. La verdad es que a la mitad de ellas no me las creo, sinceramente». A eso suma: «Vamos a acabar con los tíos,  va a llegar un momento en que todos van a preferir ser homosexuales. Me parece que todo está llevado a la exageración. Se está abusando tanto del tema que los tíos se están acojonando de una manera increíble”.