Pandemia o “plandemia”, virus o gripe, uso de mascarilla o no, medios informativos o desinformativos, políticos vendiendo cada cual sus intereses, youtuberos expertos de nada, ruido y humos. En momentos de tribulación no dejemos que el rebuzno del burro (televisión, prensa, redes sociales) nos embrutezcan. Hay que leer, pensar y decidir por nuestra propia cuenta.
Buridán (1300 – 1358) fue un teólogo escolástico. A él le debemos el caso absurdo de un asno que no sabe elegir entre dos montones de heno y que, a consecuencia de ello, termina muriendo por hambre o sed. Nos recuerda los momentos de incertidumbre que vivimos.
Érase una vez un asno frente a dos montones de paja iguales, que no puede resolver el problema que se le plantea de elegir porque no tiene ninguna razón para preferir uno u otro, por lo que decide no hacer nada y morirse de hambre.
El malogrado asno murió, al suponer que no había razón para elegir uno de otro. Si hubiera elegido cualquiera de los dos su elección hubiera sido irracional, porque lo más racional era no hacer nada, pero las consecuencias para él fueron trágicas. En la práctica parece que a veces es mejor hacer algo, aunque no sea siguiendo una elección racional, eso piensan muchos en la actual “Hora del burro”.
Se trata de la paradoja que pudiendo comer, no come porque no sabe, no puede o no quiere elegir qué montón es más conveniente, ya que ambos montones le parecen iguales. No comprende. Sus grandes orejas de burro no le permiten escuchar a los que lo miran y aconsejan exhaustos. Sus anteojeras no le permiten mirar para los costados en busca de ayuda. No reflexiona, no puede elegir entre dos montones de iguales dimensiones. Perplejo y paralizado por su incapacidad de analizar, advertir y reflexionar, termina sucumbiendo.
La solución la tiene Guillermo de Ockham, y se llama La Navaja de Ocklam. Guillermo de Ockham aportó el razonamiento teórico llamado “La navaja de Ockham” (denominado así ya que se consideraba que, mediante ese principio, Ocklam “afeitaba como una navaja las barbas de Platón”) basado en una premisa muy simple “en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta”. Decía: «Es fútil hacer algo con más cuándo puede realizarse con menos. Cuando una proposición se hace cierta para dos hechos, asumir un tercero es superfluo. La pluralidad no debe ser asumida sin necesidad. a menos que sea aprobada por la razón, la experiencia o una autoridad infalible».
Guillermo fue acusado de herejía por el Papa Juan XXII en 1327, excomulgado, pero su filosofía no fue condenada oficialmente.