Viriato luchó contra el Nuevo Orden de su época: La Pax romana. Roma le ofreció seguridad, conocimientos, tecnología a cambio de prescindir él y los suyos de su propia libertad.
No tuvo miedo y se enfrentó a Roma. Hoy día Viriato galopa de nuevo, asumiendo que la mejor guerra es la silenciosa, eludiendo el enfrentamiento, manteniendo la unión en el Amor, no perdiéndose en el Miedo. El miedo es el instrumento del Mal, de la élite y los políticos corruptos.
Viriato vivió a mediados del siglo II a. C. en la provincia hispana que los romanos denominaron Lusitania, cuya delimitación precisa es problemática, pero que abarcaba territorios portugueses y españoles.
Sabemos también que Viriato fue uno de los supervivientes de la matanza del pretor Galba.
Galba, con el señuelo de proporcionarles tierras donde vivir en paz, los concentró en un determinado lugar, divididos en tres grupos, y tras hacerles entregar sus armas ordenó a sus legionarios acabar con ellos. Según el detallado relato de Apiano, “pocos de ellos consiguieron escapar, entre los que se encontraba Viriato”.
Viriato inquietaba y aniquilaba a los romanos por medio del ataque disperso empleando a la vez soldados de infantería y de caballería.
El ejército de Viriato constaba de un escudo pequeño y redondo, muy apropiado para los combates cuerpo a cuerpo, una espada y un cuchillo, una larga lanza de hierro y un casco de cimera con crines volantes y corazas de lino. Para luchar de lejos usaban dardos y jabalinas que lanzaban con gran destreza y a gran distancia. Las lanzas eran de hierro (soliferreum), o de madera con la punta de hierro. Para la lucha cuerpo a cuerpo usaban el puñal, la espada y el sable ibérico de doble curvatura (falcata).
La táctica utilizada, unas veces, consistía en cansar al adversario, impidiéndole el abastecimiento; y otras, trataba de eliminarlo mediante una emboscada o una huida aparente. Casi nunca se presentaban batallas en formación.
Acertadamente se ha dicho que las prisiones están construidas con las piedras de la ley; los burdeles, con los ladrillos de la religión y los políticos.
Si “despiertas” te puedes escaquear del Nuevo Orden Mundial s. XXI, ganar tiempo. Piensa por ti mismo y no dejes de informarte, de leer. !Cabalga con Viriato!