ESPAÑOLITOS Y LA MALINCHE DEL SIGLO XXI

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Con la crisis enturbiando sus vidas, miles de españolitos han vuelto a hacer sus maletas y emigrar a donde les lleva el destino. Los que desembarcan en Hispanoamérica deben afrontar el “Mal de la Malinche”.
Malinche se llamaba la indígena que encandiló al conquistador  Hernán Cortés, ahora ella es símbolo de la mujer  local que con su espíritu siempre joven, musical, carnes prietas, multiorgásmica, rezumando pasión en vena, revienta en mil pedazos los corazones de los que se aventuran  arribar a sus dominios, lejos estos emigrantes de sus sempiternas cabreadas mujeres españolas que llevan “el pecado de María”  (obligación de ser sacrificadas y protestonas protectoras), mas la omnipresentes madres de ellas colgadas como regalo matrimonial a cuestas (las suegras).

Nunca he podido entender, por mas que me devano la sesera,  la mutación que sufren las españolas cuando de niñas, vivarachas y alegres que llenan de vida todo lugar donde se encuentran, pasan en la pubertad a andar con caras cabreadas,  como si tuvieran a todo rato dolor de tripa. Expresión en sus caras que les acompañara  en público para toda la eternidad, inclusive si estas se hallan de compras en las grandes superficies o boutiques que ya de por si, en una mujer normal, es bien raro.
La Malinche, también conocida como Doña Marina, era la intérprete más notable del conquistador Hernán Cortés durante su estancia en territorio mexicano, es decir, la conquista de México. Es la primera mujer mesoamericana en dominar la lengua castellana. En vista de sus virtudes Cortés, la hizo su amante, y le dio un hijo, Don Martín Cortés, que aunque hijo bastardo llegó a ser Comendador de la Orden de San Yago, y tuvo gran relevancia histórica, por tener un cargo en el gobierno.
Las malinches son embaucadoras y zalameras, con su “papito” y “amorcito” se llevan al huerto al mas pintado. Al lado de ellas hay que dormir con un ojo cerrado y el otro abierto, sino te quieres encontrar, un día de estos, con las amígdalas cortadas de tajo por infiel o mirar la vecinita de enfrente.

Estas malinches son muy ocurrentes a la hora de manifestar su amor. Viene a mi memoria el caso que le sucedió a un cura sevillano, párroco de la iglesia Santa María de la Mesa, en el alto Perú, iglesia homologa del pueblo gaditano en que me encuentro  en Zahara de la Sierra (Cádiz).
Los curas españoles desde tiempos inmemoriales, han tenido la “sana” costumbre de tener amantes y múltiples hijos, expandiendo sus genes a troche y moche. Una de las amantes de este buen cura, en mil papeletas escribió lo mucho que quería al cura Antonio, escondiendo los papelitos por toda la iglesia y lugares mas inimaginables (sacristía, cuadros, imágenes de santos, bancos, confesionarios, cepillos de recoger limosnas etc.) de donde poco a poco fueron emergiendo con gran revuelo y escándalo para la diócesis local. A pesar de haber ya transcurrido diez años aun siguen apareciendo, hoy en día, como prueba de amor de una malinche.

Qualquier ome que lo oyga, sy bien trobar supiere,
puede más añadir e enmendar si quisiere.
Ande de mano en mano: qualquier que lo pidiere.
Como pelota las dueñas, tómelo quien pudiere.
Pues es de “Buen Amor”, prestadlo de buen grado:
no le neguéis su nombre ni le deis rechazado,
no le deis por dinero vendido nin alquilado;
porque non tiene valor nin graçia el “Buen Amor” comprado.
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita – Siglo XIV…del Libro del Buen Amor


(Malinche del s XXI)

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Un comentario en “ESPAÑOLITOS Y LA MALINCHE DEL SIGLO XXI

  1. Una mujer rodeada de polémica. Malitzin, hija de los caciques de Painala, un pueblo cercano a Coatzacoalcos, Veracruz, su madre, la vendió a un comerciante maya Kuenich. Cuando llegó Hernán Cortés, Malitzin tenía quince años y fue regalada a Alonso Hernández Portocarrero. Hernán Cortés se percató de que hablaba maya y náhuatl y se apropió de ella. Y cuando ya no le fue útil, la dio a Juan Jaramillo.
    Moraga (1985), sobre los hombros de La Malinche recae toda la culpa de la «bastardización» de la población nativa de México
    Baudot (1986), “la mujer más detestada de las Américas», Quién no lee, con cierta pena, sobre la conspiración de Cholula, donde la Malinche, personificó la delación.
    Todorov, quien dice que en ausencia de la Malinche “la conquista de México habría sido imposible”. Ni para que mencionamos a Fuentes y a Paz y sus comentarios de tan maravilloso personaje.
    En este recuento, Arboleda Ballén nos habla con admiración, – basta ver la fotografía final, casi escondido en esa biblioteca atiborrada de cosas- no de la Malinche de Cortés, creo que más bien de la Malinche que él coloca como del siglo XXI en su texto…y que realmente, como ella, podemos encontrar con facilidad, así de bellas y seductoras, en muchos sitios de América…aunque ésta parece valluna o paisa. Dejemos que el Antropólogo “publicite” su “arrobamiento”…
    Multiorgasmicas, siempre jóvenes…jajaja depende mi estimado relator….algunas se vuelven idénticas a las suegras. Escuchaba hace tiempo, de un caleño amigo, que si quieres saber cómo será en un futuro tu esposa fisicamente, mira a la madre”….le agregaría que tambien en su forma de ser.
    Ingeniosísimo lo de la amante del cura, de escribir miles de papeletas mostrando su amor y pasión y “escondiéndolos” por todos los posibles recovecos del lugar…el ingenio femenino de “adueñarse” hasta de los poros del ser que desea. Aún deben de haber algunos por allí….perdidos.

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