CHENCHO ZOCAR Y “LOS HILOS DE ARIADNA”

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Cuando eres viejo pero sabes cómo ser joven puesto que has vivido, eres joven con la cultura y la reflexión. Esa es la auténtica juventud, y Florencio Ríos (CHENCHO ZOCAR), la modula.
En Florencio, la pintura tiene algo latente, valiente con mensaje distinto. Es un azar controlado, desatino controlado. Principio de incertidumbre. Un canal abierto a una fuente, una antena viviente.
La pintura en Zocar, se vuelve chamánica en un laberinto. Arte sin salida. Repetición, repetición pero distinta. Tiene un aire onírico de pesadilla. Pinta sus obsesiones, una y otra vez, porque podemos hacer todo lo que queramos en el arte, no hay normas. Convierte las neurosis en positividad.
Mirar su trabajo es mirarse en un espejo. En ella la introspección te puede llevar a la locura. Cuando observas su creación siempre piensas que estás ante un artista de una gran madurez.
La realización de Florencio Ríos se distingue por un rechazo a las convenciones pictóricas, ofreciendo una alternativa a la idea de la obra de arte como fetiche.
En la muestra titulada “Los Hilos de Ariadna”, montada por el artista en Jerez de la Frontera, entre el 11 de noviembre y 11 de diciembre, a lo largo de ella, el público podrá ver claros hilos conductores u obsesiones temáticas. Una colorida y venosa pintura capaz de entregar diversas lecturas con esos tantos laberintos que siempre han hechizado al creador, teniendo al ser como curioseando su propia linde.
El que quiera ver rostros, flores y paisajes diversos, que se vaya al Jardín Botánico más cercano; porque solo está el placer inundando la exposición, la evolución, la sorpresa en ese sabroso gozo del ser pictórico.
Las obras de Florencio Ríos (CHENCHO ZOCAR), atraen al espectador con sus magníficos colores y luces brillantes, que a la vez tienen una calidad mágica, poética y casi espiritual.
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