De existir Dios (un Ser superior), seguro que nos ha formado de una manera que logramos sentir el amor en el corazón de cada uno de nosotros, y no ilusiones construidas por la fama ni el dinero que ganemos en nuestra existencia. Si tenemos dinero, podemos contratar a alguien para conducir nuestro coche, pero no conseguir contratar a alguien para que lleve alguna enfermedad propia en lugar de cargarla nosotros mismos.
En la sociedad contemporánea nadie es capaz de contemplación. Hoy día, todo el mundo es artista, todo el mundo quiere decir algo, escribir algo, colgar algo en Internet. Todo el mundo está interesado en hacer cosas, pero nadie tiene tiempo ni interés por mirarlas. Nadie está interesado en ser persuadido por nada.
Internet es fundamentalmente un instrumento de observación y vigilancia de la gente y que todos estamos atrapados dentro de esa máquina, permanentemente expuestos a la mirada del otro.
Hubo en su época, muchas pinturas hechas de la Síndone que se tocaban al sudario para ser veneradas como reliquias Una réplica se trajo a Jerez en 1572 y otra se encuentra en el convento de Santo Domingo en Toledo, de hecho hay cerca de 110 copias conocidas.
El Sudario de la Basílica de la Merced ofrece unas dimensiones similares al original de Turín (4,32 x 1,10). Pero tal vez, la característica más peculiar de esta copia de la Síndone es, que la figura del cuerpo, se encuentra enteramente cubierta por una película o tintura de color anaranjado. Aunque bien pudiera ser para proteger a la propia imagen ya que, como era costumbre, antiguamente era expuesta al público y, o bien por el humo de las velas, o por la costumbre de rozar la tela con pertenencias de seres queridos, esto hubiera podido deteriorar la imagen.
Seas creyente, ateo, o desertor de cualquier cosa, una vez en la vida tienes que contemplar con los sentidos del alma, la réplica de la Síndone de Turín que posee el cenobio jerezano desde el siglo XVI.