Hay una leyenda sobre la elaboración del Códex Gigas que relata que fue obra de un escriba, y que la tarea fue tan enorme que se completó con la ayuda del demonio. El origen de la leyenda es desconocido, y aunque claramente muestra cómo el enorme tamaño del manuscrito impresionó tanto a los que lo vieron que se le atribuyó un origen sobrenatural.
Se dice que sus “310 páginas fueron hechas con piel de becerros, cada palabra fue escrita con la sangre de insectos y efectivamente le tomó todo un día de esfuerzo. Ni siquiera había llegado a un cuarto del libro el autor cuando decidió tomar medidas desesperadas vendiéndole su alma al diablo, el cual le ayudó a terminar el libro. El monje en agradecimiento, le dedicó una hoja completa al diablo, dibujando un híbrido completamente misterioso, teniendo la mitad del rostro como un humano y la otra como una bestia”.
La Biblia del Diablo o Códex Gigas sorprende por su tamaño, su decoración, la profusión de sus contenidos y su sofisticada combinación de diferentes textos e imágenes para impartir potencia y profundidad escatológica a la presentación. Recuerda el Libro de la Vida mencionado en Apocalipsis (Apocalipsis 5: 1, 21:27).
El códice primigenio es de inicio del siglo XIII –se cree escrito entre 1204 y 1230–, de origen desconocido, conformado por 310 hojas de pergamino –probablemente confeccionado con piel de becerro– cuyas páginas manuscritas en dos columnas de 106 líneas, redactadas por un mismo y anónimo amanuense (esto de por si es extraño y misterioso), presentan un tamaño de 89 cm de alto por 49 cm de ancho, dimensiones que, según los expertos, no son originales, pues el códice, antes de reducirse en épocas posteriores, podría haber presentado un tamaño real de 90 por 50 cm (75 kilos de peso).
Este manuscrito hace las veces de compendio que reúne el relato del pueblo judío –con Flavio Josefo y el Antiguo Testamento–, la historia y el saber del cristianismo –con el Nuevo Testamento y una obra como las Etimologías de san Isidoro de Sevilla–, la filosofía moral de la época –con el ejemplo de confesión y los exorcismos para la salud del alma– así como parte de la filosofía natural –reuniendo los tratados médicos citados para la salud del cuerpo.
40 de sus hojas son retomadas por las Etimologías de Isidoro de Sevilla, cuyo objetivo principal fue responder a la pregunta sobre el origen y la génesis del universo entero en todas sus formas, incluyendo toda la actividad humana. El título original de la obra fue Origines (Origins). Desde este punto de partida, Etimologías ofrecen una amplia descripción de la historia humana en general y de la historia de la Iglesia en particular.
La obra de Isidoro de Sevilla, fue compilada en una época de cambios, a principios del siglo VII, cuando la Iglesia Católica en España había derrotado al arrianismo, la versión del cristianismo adoptada por los visigodos.
Este fue un período decisivo durante el cual se sintió la necesidad de una retrospectiva y un resumen. El pasado en toda su variación debía hacerse visible.
La copia medieval de este manuscrito hecha en algún monasterio, la encontramos en manos de un particular en Jerez de la Frontera (original está en Suecia), y nos permite adentrarnos en múltiples facetas de la Europa del siglo XIII. Teología, historia, arte, medicina, magia… nos ofrece un testimonio irrepetible de la sabiduría más las creencias del Medievo.
FUENTE: Biblioteca Nacional Sueca, otros.