CÁRITAS SAN FERNANDO (CÁDIZ) – UNA LUZ A LA ESPERANZA

 

La ilusión por el cambio es lo único que puede salvar al pensamiento creador de su colapso, de su destrucción; esto no es nuevo ya sucedió en Roma cuando sus gentes no fueron capaces de imaginar una alternativa a lo establecido. Estamos ante un cambio interior y exterior, para esta transformación se requiere la calidad del sujeto real. Si se consigue hay un atisbo de esperanza, sino entra la humanidad en una nueva parte de su historia que es el empezar la era de la “sub humanidad” o lo que es lo mismo, una involución. El sujeto es la clave. Se necesitan unos nuevos seres humanos viables.

¿Quiere un café? Son las primeras palabras alegres que recibe y escucha aquella persona que se acerca en las mañanas al Servicio de Atención Social de Caritas San Fernando. La persona que en medio de su desarmonía y desanimo, arrojado por la resaca de la marea en sus circunstancias personales, atine llegar al local de Caritas, no saldrá defraudado en su intento de aferrase a esos últimos atisbos de dignidad humana que aún quedan en los rescoldos  de todo ser, de todo individuo.
El calor encontrado entre unas palabras, la ternura de una sonrisa en medio de esta inmensa y desierta vastedad de sociedad con la brújula perdida, son bálsamo en el corazón del afligido, apaleado por la sinrazón de la razón de los que vendieron su alma por treinta denarios convirtiéndole en un “desechable” social.

Cuando cruja definitivamente el sistema, en el “Día Después, el individuo no sabrá ser individuo, lo ha olvidado, lo ha perdido. Sitios como este de Caritas u otros, posterior a “La Gran Catástrofe enseñaran de nuevo el camino a retomar como la buena semilla que son.  Será posible recuperar las cualidades humanas hoy día ya desaparecidas, como son la inteligencia, la voluntad, la sensibilidad, la cortesía, el amor al amor, el coraje, la disposición para el sacrificio, la generosidad, la voluntad, y el entusiasmo por la libertad, la sociabilidad,  el olvido de sí mismo.

El sistema político actual que tiende al Gobierno Único Mundial, bajo una Moneda Única, y un Control Policial Único, cercena las cualidades humanas, exige que nos olvidemos del lenguaje y de los ingredientes relacionales. Ahora se quiere un subhumano funcional, componente eficiente en la empresa en términos no de producción sino de poder. Se busca un sujeto dócil en lo económico y en lo político. Ser dócil es mirar benévolamente lo que tenemos delante.

Una sociedad en la que el individuo se hace cargo de sus responsabilidades las jerarquía tienen menos trayectorias, Cuando la gente no se hace cargo las tareas caen en manos de dos o tres. Las jerarquías vienen de la falta de compromisos. Compromiso al cambio individual a su heroísmo, humanismo y espiritualidad, hay que darlo todo, es un cambio que afirma lo humano.
Una de las mayores victorias del sistema “masónico”, “Illuminati” y “sionista” es el habernos convencido de que la moral es burguesa. La moral afecta al sujeto en tanto que es sujeto. Mientras que el sujeto tenga una línea de conducta de sí mismo está actuando. La pérdida del sentido moral ha sido catastrófica. La ética crea un sujeto que obra por convicción interior aceptando responsabilidades. Una sociedad de sujetos éticos es una sociedad sin jerarquías, sin políticos corruptos.
Los seres humanos nos necesitamos unos de otros, al sistema no le conviene porque las relaciones unidas es fuerza y la fuerza son problemas
El sistema sionista-masónico-illuminati está moldeado con una inteligencia perversa de deshumanizar al individuo. Estamos ante una catástrofe social generada, debemos hacernos cargo de esto en su dimensión más elevada. Tiene que haber una salida personal donde se mantengan las propias convicciones morales cristianas de nuestro histórico entorno.

Está muy clara la relación entre la soledad y las enfermedades físicas. La gente solitaria enferma mucho más. Somos testigos del declive de la solidaridad y aumento de una sociedad de sujetos solitarios. Una sociedad de sujetos solitarios es incapaz de hacer un cambio.
La sociedad es un componente sustantivo del sujeto. No hay sujeto sin sociabilidad y la sociabilidad es un mundo en sí mismo. Lo que en nuestros abuelos sabían ser sociables naturalmente, hoy ya no lo es. No sabemos estar con los demás, no sabemos convivir, no sabemos callar cuando hay que callar o hablar cuando hay que hablar, no sabemos.
En el “Día Después, habrá un proceso de reconstrucción de lo humano larguísimo por delante. Estamos obligados a definirnos sobre estas cosas directamente o por omisión, algo que ahora es muy común. Hay una sociedad de nuevos siervos que aman sus cadenas, han vendido su alma a los políticos, a los banqueros y adoran al becerro de oro (el dinero) olvidando el Amor a su prójimo, en definitiva a ellos mismos.

En los posos de una taza de café en Cáritas San Fernando, podemos VER que aún hay luz a la esperanza.

FOTOS: Albergue San Vicente de Paúl en San Fernando

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