SAN SERVANDO Y SAN GERMÁN, LA ROMERÍA DE LOS CAÑAILLAS DE SAN FERNANDO EN EL CERRO DE LOS MÁRTIRES

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Los cañaillas son los oriundos de la Isla San Fernando en Cádiz, una isla de la cual se tiene constancia ha estado poblada continuamente a partir del Neolítico
Los primeros seres humanos identificaron –posiblemente por el olfato- los sutiles poderes que se encerraban en las plantas, atribuirían sus virtudes a algo invisible y sutil que las habitaba: al mundo de los espíritus y a la magia, entendida ésta no como un acto de fe, sino como un esfuerzo en el que se unen la mente consciente y el poder inconsciente para lograr una concentración de fuerza y energía dirigidas a la consecución de un objetivo.

La romería consiste en el traslado de los Santos, en procesión, desde la Iglesia hasta la Ermita, donde se celebra misa y es día de júbilo en las familias isleñas por ser fiesta local.
A los pies de la Ermita, distintas carpas y chiringuitos amenizan el día con actuaciones y degustaciones gastronómicas. Es típico de esta romería el consumo de productos de la estación otoñal, como castañas, nueces, piñones, almendras…

Es una fiesta agrícola cristianizada en un lugar de enorme poder energético y trasfondo mágico, motivo por el cual siempre ha estado poblado  y tenido culto. Se celebra el 23 de octubre, una semana antes de la noche de Todos los Santos.


En la antigüedad las castañas eran el alimento de los difuntos en su viaje al Más Allá. En la actualidad para aplacar las iras de los difuntos, además de encenderles las típicas lamparillas de aceite en la noche de Todos los Santos, hay costumbre de dejar unas castañas como ofrenda y así las almas de los difuntos no se interesarán por otros frutos, ni estropean la cosecha guardada.

Llevando una castaña en el bolsillo, nos aseguramos la buena suerte. Si soñamos con un castaño quiere decir protección, ningún enemigo va a conseguir desviarnos de nuestro camino. Si soñamos que comemos castañas crudas significa que debemos ser previsores para alcanzar nuestros objetivos; si comemos castañas cocidas o asadas, presagia visitas de amigos en casa.

Hay una brujería muy buena, eso dicen las brujitas locales, que  para romper definitivamente las relaciones: se necesitan cinco nueces con su cáscara, que hay que hervir en dos litros de agua hasta que se reduzca a la mitad. Luego se echa el agua (separadas ya las nueces) en el baño y hay que sumergirse tres veces. Así se cortan las ligaduras kármicas. Muy importante: NO HAY QUE VOLVER A MANTENER RELACIONES SEXUALES bajo ningún concepto con la persona de la que nos estamos desligando.

En cuanto a las nueces la tradición que manda que en la fiesta de los fieles difuntos se dé a elegir a una chica soltera entre dos nueces, una vacía y otra llena, si escoge la vacía, no se casará ese año, si escoge la llena, pronto encontrará marido.
Si encontramos una nuez con tres «costuras», en lugar de las dos que normalmente tiene, debemos guardarla, porque tiene un gran poder mágico para atraer la prosperidad y como protección. También es normal colocar  una nuez en la cuna de los bebés para protegerlos de las maldiciones y encantamientos. Se recomienda a las embarazadas que lleven una nuez sin romper en el bolsillo para evitar el aborto
Referente a las almendras, estas simbolizan el secreto que debe ser descubierto para poder nutrirse de él, física o espiritualmente. Se dice que de una rama de almendro era la vara mágica de Aarón.
Los hombres (no sirve para las mujeres) que quieran que su relación perdure, han de cortar con sus propias manos una ramita de almendro, cortar de ella un pedacito pequeño y llevarlo consigo durante una luna (28 días). Al cabo de este tiempo, tocar disimuladamente a su amada con dicho trocito y por fin guardarlo en una caja de plata; mientras la ramita permanezca allí, continuará la relación.

En la época neolítica de la Isla de San Fernando, existía el matriarcado y un máximo predominio de la Diosa y su culto en el
sentido más estricto de la palabra. Se la veneró bajo diversas formas, con nombres personales. Incluso en las edades posteriores, y a pesar de la enorme influencia del cristianismo y de otras religiones, la Diosa Madre persiste en la magia, las supersticiones, disfrazada de lujuria, de alegría, de maternidad, etc. Sin darnos cuenta, todavía nos referimos a ella cuando hablamos de la madre naturaleza o a madre tierra. La importancia de la colaboración femenina en la generación, considerada entonces aún más valiosa que ahora, contribuyó a subordinar la vieja idea de la divinidad masculina a la feminidad triunfante de la Gran Diosa, y a que los órganos y funciones femeninas y maternales se convirtieran en los signos por excelencia de la vida, y de la muerte (como termino terreno de esta) y la existencia de ultratumba (como renacimiento).

Por aquí, en estas tierras, hallamos a la triada terrestre: Persefone, Demeter y Hecate; y a la triada celeste: Artemisa, Selene y de nuevo Hécate (que era considerada una diosa triple por si misma). Incluso la idea sobrevivió al cristianismo encarnada en la Virgen María, su madre, Sta. Ana y su abuela, Santa Emerencia
El simbolismo de la «diosa madre» es un referente de Gaia, de la naturaleza, y de la vida… Luego fue sepultada (parcialmente) por el simbolismo del dios padre, referente de la ciencia y la destrucción… Luego, el dios abstracto.


Los santos Servando y Germán nacieron en La Emérita Augusta, hoy conocida por Mérida, en el seno de una familia de la grandeza romana, hermanos de diez hermano/as más, que tenían sus padres Marcelo y Nónia, los cuales fueron todos martirizados y degollados. Algunos historiadores dicen que ella, la madre, no murió de forma violenta.
Marcelo, o Publio Elio Marcelo, que así se llamaba,  era centurión del poderoso ejército romano y cuyos dos hijos Servando – que significa “el que guarda” y Germán “lancero guerrero”, – servían en las legiones romanas como soldados, por eso se les representan vestidos con esas faldas que se usaban entonces como parte del uniforme.
Marcelo, murió martirizado en Tánger el día 29 de octubre, fecha que conmemora la iglesia católica en recuerdo de aquel santo varón, los demás hermanos fueron cayendo en la siguiente cronología: los tres primeros que cayeron en el suplicio, fueron Claudio, Lupercio y Victorio, degollados en León por sentencia de Diogeniano, sus reliquias se guardan en el convento de San Claudio en León, celebrándose fiestas en su recuerdo el 30 de Octubre. A continuación fueron sus hermanos Celedonio y Emeterio, los que alcanzaron la palma de la gloria que se traduce en su muerte por martirio y degollamiento. Esto ocurría en Calahorra celebrándose fiestas en su honor el día 3 de marzo.
Por una razón o por otra, los cañaillas de la Isla de San Fernando en Cádiz a estos santos metidos con calzador, ni pitos ni flautas y ellos soterradamente van a lo suyo que es un sentimiento milenario por su Señora a quien la llevan marcada a sangre y fuego en su corazón, Aún perdura en el subconsciente colectivo las diosas Isis, Astarté y otras que el pueblo cañailla ha ocultado sabiamente.

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