«LA SANTA CENA» GOYA GADITANO

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Durante el siglo XVIII, Cádiz terminó por convertirse en una de las ciudades más importantes y prósperas, no sólo de España sino también de Europa. El origen de esta riqueza hay que buscarlo en el tráfico comercial marítimo con las tierras del Nuevo Mundo, del que Cádiz participó desde el primer momento. De su puerto salió Colón en su segundo viaje, y en el cuarto también tocaría la flota las aguas de Cádiz. Desde entonces, los contactos entre ambas orillas del Atlántico serán constantes y profundos a lo largo de los siglos, definiendo su personalidad y su historia, hasta hoy.
Es ahora cuando la ciudad adquiere ante el resto de España y de Europa la imagen que la identifica como bulliciosa, alegre, plena de vida y movimiento. Su población alcanza los setenta mil habitantes, muchos de ellos españoles de diferentes regiones, además de una nutrida e importante colonia de extranjeros, integrada por franceses en su mayoría, pero también genoveses, irlandeses, flamencos, alemanes, suecos. Son estos los que conforman el grupo más genuino de su variopinta sociedad, la burguesía de negocios, tan escasa en España y tan abundante en Cádiz.

Los visitantes que llegan a la bahía, sobre todo los extranjeros, se sorprenden con una ciudad cosmopolita y culta, que a finales del siglo tenía más de veinte librerías, las mejor surtidas de España en libros extranjeros. Su caserío muestra magníficos edificios como la Aduana (hoy sede de la Diputación Provincial), el Hospicio, el Hospital de Mujeres, la Casa de las Viudas, la Casa de las Cuatro Torres, los cuarteles de San Carlos y la Bomba, la propia catedral y esa pequeña joya que es el Oratorio de la Santa Cueva.
En Cádiz empezó Goya a padecer su misteriosa enfermedad que le va a dejar sordo. De don Francisco se sabe de sus correrías por tierras del sur pintando lascivas duquesas, unas veces desnudas y otras menos, pero no es tan conocido que entre esas tórridas sesiones de retrato pudo sacar tiempo para pintar tres frescos en el Oratorio de la Santa Cueva de Cádiz.
El Oratorio de la Santa Cueva es una pequeña y espléndida capilla construida por el padre Santamaría, hijo del Marqués de Valde-Íñigo, entre 1.781 y 1.796.
Las pinturas de Goya para la Santa Cueva de Cádiz vienen a sumarse a las escasas aportaciones del aragonés al arte religioso, y menos conocidas que otras intervenciones suyas en espacios religiosos San Antonio de la Florida, la Cartuja del Aula Dei, el Convento de Santa Ana de Valladolid, la iglesia de San Francisco el Grande o la capilla de San Francisco de Borja en Valencia.
Cádiz marcó un antes y un después en la obra de Goya. Algo le debió ocurrir aquí que cambió su modo de pensar y de ver la vida.

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FUENTES: HISTORIA Y ARTE + otros

2 comentarios en “«LA SANTA CENA» GOYA GADITANO

  1. El artículo, maravilloso, ilustrativo, ameno…se percibe el amor y cuidado con que se escribió.
    Referente a la enfermedad de Goya, no es tan misteriosa: Goma sifilítico que, le llevaron a padecer alucinaciones. De ahí cuadros como «Los desastres de la Guerra» y semejantes, creados bajo esas crisis, en principio esporádicas luego, casi en estado de alucinación constante…

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