INGLESES, JEREZ Y LA GARDUÑA

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La sociedad y autoridades jerezanas estaban preocupadas por cómo mejorar la situación provocada por las continuas “trapacerías de los comerciantes ingleses” ––la mayoría testaferros nacionalizados para facilitar sus propósitos––; porque todos ellos mantenían tácticas no muy afines con la ética establecida, sobre todo cuando adelantaban parte del dinero de la vendimia al correspondiente cosechero, que falto de “posibles”, se las vendía al precio marcado por los primeros, los cuales obviamente lo fijaba “a la baja”. Incluso a veces valiéndose de “innombrables procedimientos” (La Garduña), conseguían el alejamiento de posibles compradores, con lo cual, la falta de demanda hacia abaratar aún más, el precio de aquel vino que les interesase. Hasta entonces –se recordaba–, de nada habrían servido las medidas tomadas por el cabildo, ni además tampoco se podía tensar excesivamente la situación, pues de lo contrario los compradores ingleses, retirarían sus negocios de la ciudad, al ver lesionados sus intereses.

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Caso paradigmático de lo expuesto, el del factor de origen inglés, pero naturalizado jerezano, Duarte Goy, que en 1613 protestaba de semejantes acusaciones ante el corregidor de la ciudad: “A vuestra Señoría, es notorio, yo he servido e sirvo a esta ciudad con muy grandes beneficios de sus vecinos, comprandoles los vinos de sus cosechas, que mercaderes ingleses vienen a comprarles, acomodándoles los precios y haciéndoles la paga con mucha puntualidad, con que repara su necesidad…”.
Naturalmente Duarte Goy, no hace referencia a sus artes de presión, para bajar precios y espantar a la competencia. Su método expedito era La Garduña, mafia nacida en los Montes de Toledo y radicada en Sevilla, con ramificaciones en toda Andalucía y las colonias.

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El secuestro, extorsión y la estocada, empleados por La Garduña, a sueldo y tanto por ciento, eran caminos muy usuales por “algunos” comerciantes ingleses para conseguir el “monopolio” emergente, que con el correr de los tiempos se haría realidad, en gran parte. Hoy por hoy el comercio vinatero jerezano está mayoritariamente en manos foráneas.

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FUENTES: Alonso del Castillo Solórzano, Vizconde de San Javier, Mª Borrego Plá,  Biblioteca Central, Biblioteca Consejo Regulador, otros.

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