El mundo de los videntes o del sexto sentido, en Jerez, en donde la videncia es un fenómeno especialmente establecido, forma parte de lo habitual, un espacio en donde se mueve intereses y dinero.
Aquí, cada vez son más las personas que consultan a videntes y adivinos, por problemas personales, enfermedades, conflictos emocionales o por la simple curiosidad acerca del futuro. Hace unas décadas consultar a los videntes e ir en Jerez a que te echasen las cartas era algo así como entrar en el terreno de lo marginal, de lo prohibido, de lo mal visto. Hoy día, en cambio, es casi cotidiano; en las páginas de los periódicos o en las pantallas de los televisores abunda la publicidad de videntes que se dedican a estas materias.
Consultar en Jerez a estos videntes es como algo normal, sin embargo, en esas consultas se pueden obtener resultados desestabilizadores, el sistema no es tan fácil como a primera vista parece: produce dependencia emocional. Lo malo, científicamente hablando, de todo esto son esas personas que atestiguan que algunos videntes le han anticipado su futuro con pelos y señales.
En Jerez de la Frontera, el vidente necesita una herramienta que despierte o canalice su supuesta capacidad, ha sido así desde siempre y en todas las culturas: el vuelo de los pájaros, las entrañas de los animales sacrificados, la forma de las nubes, huesos arrojados al fuego, posos del café, las cenizas del cigarrillo, cualquier método que el vidente pudiera interpretar aparentemente.

La creencia en la adivinación del futuro, niega en sentido estricto, la libertad del ser humano. Aceptar que alguien puede adivinar el futuro con certeza absoluta, es afirmar que hay un destino del que no se puede escapar, y para el creyente cristiano negaría la libertad en la que Dios le creó.
En las Sagradas Escrituras, nos encontramos con dos videntes muy famosos, uno en el Antiguo Testamento y otro en el Nuevo Testamento respectivamente y son Daniel (vidente e interpretador de visiones) y el vidente Juan o San Juan Apóstol como lo llama la Iglesia Católica. Juan, escribió posiblemente la visión más famosa de la historia: el APOCALIPSIS. Apocalipsis significa precisamente «Revelación» y consta de una larga visión o serie de visiones entregadas a Juan por medio de un ángel que venía de parte de Jesús y de Dios. A juzgar por la popularidad y el alcance del Apocalipsis podríamos decir que Juan es el vidente más célebre de todos los tiempos.
Para el vidente jerezano estamos condicionados como piezas del engranaje y debe probar primero su capacidad de videncia de forma empírica antes de proceder a efectuar ninguna clase de tratamiento o sesión con las personas. Todo lo contrario es fraude.
Aunque estemos limitados por muchas causas culturales, sociales, biológicas y psicológicas, seguimos siendo autónomos de decidir lo que hacemos con nuestra vida. En Jerez, toda persona es libre de construir su propia historia.