AUMENTO DE LA DISFUNCIÓN SEXUAL MASCULINA Y FEMENINA EN LA JUVENTUD JEREZANA

No asusta el sexo explícito en sí mismo de la pornografía. Asusta la escasez de valores en ella. Ver imágenes porno es como fumar, solo que en lugar de dañar los pulmones, daña la mente, la contamina.
Ahora es más difícil evitar la pornografía. Esos niños y niñas de Jerez, que suelen navegar por Internet (empiezan a los nueve años), seguro que tarde o temprano se tropezaran con algún tipo de pornografía. No tienen que buscarla. Ella les encuentra.
El móvil les permite ver pornografía lejos de la mirada escrutadora de los adultos. Si tienen filtros de control parental, siempre hay un amigo que encuentra la manera de evitarlos. Aceptar el hecho de que la mayoría de los adolescentes ven pornografía y, adoptar el enfoque de enseñarles a analizar su mensaje, resulta mucho más efectivo que solo desear que los hijos vivan en un mundo sin porno.

Parte de los jóvenes jerezanos crecen estimulándose e imaginándose una relación amorosa machista, basada solo en su placer, sin tener conocimiento del funcionamiento del placer femenino. Y las chicas aún peor, creen que eso es una relación sexual. La pornografía da cierto encanto a llamarle a una mujer ‘zorra’ o ‘puta’ y los chicos creen que de eso se trata. O como cuando aparecen esas extrañas escenas en las que la mujer dice: ‘Deja de tocarme’, ¡y termina disfrutándolo!

No sorprende el hecho de que no pocos adolescentes utilicen el porno como guía práctica. Les gustaría a determinados jóvenes jerezanos tener un lugar en casa, escuela, o un programa de educación sexual para aprender acerca del sexo. En lugar de eso, han aprendido a través de la pornografía. Las clases escasas que reciben de sus educadores se centran en los peligros: las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos. A duras penas, abordan en detalle la anatomía (en especial la femenina), la intimidad, las relaciones sanas y la diversidad sexual. Es muy raro que se hable del deseo femenino y el placer. Los aspectos básicos de la masturbación.

Hay que ser positivos en lo que respecta al sexo y a la masturbación, y críticos ante la pornografía, ofrecer capacitación que ayude a los padres a comprender estos temas, de esta manera, podrán evitar lanzar preguntas, acusatorias como por qué miran pornografía o quién se la mostró. Son los mayores quienes ponen en sus manos la tecnología, así que deben ser quienes deben enseñarles a usarla. ¡La educación sexual empieza en casa!
La pornografía produce entre algunos jóvenes de Jerez de la Frontera un aumento de la disfunción sexual masculina y femenina.