Estoy seguro de que no me creen, y de que tampoco creen que crea en lo que afirmo. Son libres de creerme o no, pero al menos crean esto: no estoy bromeando. Se trata de algo muy serio, algo muy importante en el pueblo malagueño de Macharaviaya, allá en la lejana comarca de la Axarquía, en el sur de España.
Según cuentan, son innumerables las personas que han podido percibir la presencia espectral de una joven vestida de novia merodeando por el interior de la iglesia de San Jacinto. La suelen ver llorando desconsoladamente y siempre se desvanece alrededor de los escalones del altar.
En el mismo templo, existe una lápida con un escrito rememorando ese momento fatídico de la novia que murió el día de su boda en aquellos escalones, de forma fulminante, antes de dar el «sí, quiero».
“Ya entreabierta la luz sobre su frente, la divina corona de azahar, y el prometido de su amor presente, de improviso la virgen inocente, rodó muerte ante el ara del altar, y el sonoro reír del campanario, se convirtió en un doble de dolor, se ensombreció la luz del incensario, del velo virginal se hizo el sudario, y el sepulcro fue el tálamo de amor”.
A pesar que el médico del pueblo, en los primeros momentos, la dio por muerta, la joven volvió a la vida en estado de coma, falleciendo setenta y dos horas más tarde. María López Escaño, murió en su cama con el vestido de novia puesto, ya que todos esperaban que se repusiera y se casara, finalmente aquel traje fue su mortaja, con la que fue enterrada en el cementerio del pueblo, pasado un tiempo, se trasladó la lápida a la iglesia, en honor a la trágica historia.
A quien Dios no habla, no oye ni su propia voz. El silencio más duro que una mujer puede crear a su alrededor: es del despecho. María López Escaño cayó fulminada en los escalones de la iglesia en el momento de su enlace matrimonial. Poco antes, estaba ensimismada en sus pensamientos. ¿Quién sabe lo que puede pensar una mujer? Lo que piensa una mujer nunca es sencillo y, con frecuencia, es su misterio.
María López Escaño de Cabrera, nacida el 20 de Octubre de 1901, y fallecida el 5 de Diciembre de 1920, se llevó consigo el secreto o desengaño que le causó su muerte. Nunca se conoce realmente a nadie.