EL MENSAJERO SILENCIADO – SNOWDEN

Somos susceptibles de ser engañados. Salir es más difícil que entrar. En la era de la información la ignorancia es voluntaria. El que es ignorante lo es porque quiere. O sea, ser imbécil es opcional, tonto del culo ya es algo de nacimiento.
Se dice, y con mucha razón, que el españolito medio ha crecido. Es más alto, pero en algunas cosas fundamentales no ha crecido tanto. En la parte del pensamiento, del razonamiento, de la educación siguen siendo bajitos.
Jamás debemos subestimar la estupidez humana. Tanto en el plano personal como en el colectivo, los humanos somos propensos a dedicarnos a actividades autodestructivas. La estupidez humana es una de las fuerzas más importantes de la historia, pero a veces tendemos a pasarla por alto. Manifestar que no te importa la privacidad porque no tienes nada que esconder no es diferente a afirmar que no te importa la libertad de expresión porque no tienes nada que decir; o que no te importa la libertad de prensa porque no te gusta leer; o que no te importa la libertad de religión porque no crees en Dios; o que no te importa la libertad de reunión pacífica porque eres un perezoso social.

“Si estás leyendo esto ahora mismo, este artículo, en algún tipo de máquina moderna, como un móvil o una tableta, pueden estar haciéndote un seguimiento y  leyéndote ellos a ti. Sí. Podrán saber lo rápido o lo lento que pasas las líneas y si lees de manera consecutiva o vas saltando. Soportarán muy a gusto tener que verte las fosas nasales y cómo mueves los labios mientras lees, si eso les aporta los datos que buscan y les permite identificarte con total certeza. Este es el resultado de dos décadas de innovación sin supervisión ninguna, el producto final de una clase política y profesional que sueña con ser nuestra dueña y señora. Da igual el lugar, da igual el momento, y da igual lo que hagas: tu vida se ha convertido en un libro abierto”.
El sistema que domina el mundo es inmoral y es necesario denunciarlo: la amoralidad de la tecnología. Una presencia persistente e indiscriminada: el oído que todo lo escucha, el ojo que todo lo ve, una memoria que no duerme y que es permanente. Un intento cínico por convertir el terrorismo en un peligro constante que requiriese la aplicación de una vigilancia fija por parte de una autoridad incuestionable.

En el libro de Snowden, ‘Permanent Record’ (‘Registro permanente’) el experto informático compila las memorias de su trabajo en las agencias de inteligencia estadounidenses hasta su posterior exilio en Rusia. El texto revela asimismo varios detalles de las operaciones secretas cotidianas realizadas tanto por la CIA como por la NSA (National Security Agency).