Todos nos encontramos atrapados en la conspiración, ese submundo en el que se está mejor que en el de las princesas de papel cuché y sueños con estrabismo social.
Las bibliotecas en Jerez de la Frontera guardan secretos esparcidos, mientras fuera se libra una batalla entre la razón y la sinrazón. No siempre lo que hay ahí es verdad, pero es una forma de encontrar la realidad. Son lugares peligrosos, mejor huir de ellas a otra esquina emocional si se está a tiempo.
Para transitar por los caminos de la conspiración en Jerez hay que acudir a la Biblioteca Coloma, cerca de la Plaza del Caballo. Sumergirse en los legajos de la Biblioteca del Convento de Santo Domingo, en Alameda del Marqués de Casa-Domecq. Colarse en los libros no aptos a todos los públicos en la Biblioteca Central, que encontramos en la preciosa Plaza del Banco alejados de miradas inoportunas. Deambular por las estanterías de la Biblioteca del Museo Arqueológico Municipal, situada en la histórica Plaza del Mercado, cotillear manuscritos traspapelados en la Fundación Caballero Bonald, muy cerca del Alcázar. Sin olvidar la Biblioteca Consejo Regulador de la D.O. ‘Jerez Xeres Sherry’.
(Consejo Regulador de la D.O. ‘Jerez Xeres Sherry’)
Si nos atrevemos a unir estos lugares, saldrán a relucir respuestas inquietantes, para zambullirnos en un viaje que indudablemente no dejará a nadie impasible. Este peligroso viaje puede conducir a descifrar los entresijos en el cómo una clase de poder inglesa arruinó a vinicultores jerezanos para hacerse con su control y posterior venta a multinacionales, bajo señaladas directrices y presencia de “Sociedades Secretas” en la ciudad, y el capital sionista de por medio.
(Biblioteca del Museo Arqueológico Municipal)
También, se topará con el mayor robo de contenido simbólico: el secuestro del Pendón, el viejo “rabo de gallo” (así fue denominado por poseer varias medias lunas con los colores del arco iris), con todo lo que ello conlleva en sí mismo de significado. Cuando en la batalla se perdía el pendón, orgullo y símbolo de un lugar, o caía en manos del enemigo, se procuraba recuperarlo a toda costa. En Jerez se diluye la perdida.
Los “conspiranoicos” aseguran que el Pendón existe, se mantiene y guarda bajo mil llaves, poseyendo un valor incalculable en el mercado negro internacional de antigüedades; más aún, en el mundo islámico del Magreb (Meriníes).
Todo aquel que bucea en las teorías “conspiranoicas” jerezanas, desbarranca hacia el infierno con una botella de vino en la mano. Atraviesa las brasas del conocimiento de la “Otra historia de Jerez”, descalzo con un fardo cargado de ideas e incomprensiones.
Posiblemente no son más que leyendas urbanas sin sentido para unos… ciertas para aquellos que afirman la existencia de otra realidad diferente a la que nos han contado.
En Jerez de la Frontera, no se sabe nada, se dice poco, y se asegura menos.