Vive en el presente, no en el pasado. El día de hoy es todo cuanto tienes.
En conjunto y totalidad, lo único que necesitas poseer es «fe». Y no me refiero a creer en un dios con barba y un triángulo en la cabeza, o en inventos de humanos (religiones). Debes creer en ti mismo. Debes tener fe. Si crees en ti mismo lograrás cualquier cosa que te propongas.
El simple hecho de abrazar a un árbol nos llena de alegría. Hay que abrázalo como abrazarías a un buen amigo. Imagina que es tu mejor amigo. En el árbol, hay una mente universal que vive en el interior de todo ser viviente.
Por supuesto el árbol responde a tus abrazos. El árbol está vivo. Y reacciona a lo que le dices, incluso a lo que piensas, a tu estado de ánimo, te armoniza y carga las pilas.
Abraza árboles donde quiera que vayas. Y, también, abraza a la vida. No sólo a los árboles, aunque ello sea importante. Abraza totalmente a la vida.
Cada vez que lo desees te puedes revitalizar y reponer abrazando a un árbol. Posiblemente sea mejor abrazar a un buen amigo, pero cuando no haya amigos a mano, abraza a un árbol. Nunca desaproveches la oportunidad de dar un abrazo.