Posiblemente es la única capilla que existe como tal en Europa, se encuentra en Jerez de la Frontera: Capilla de san Dimas. ––San Dimas es un santo que devuelve los objetos (dinero incluido) robados––.
La iglesia de San Juan de los Caballeros de Jerez de la Frontera tiene sus orígenes en la reconquista de la ciudad por parte de las tropas del monarca Alfonso X el Sabio en 1264, y en la actualidad guarda la única capilla, tipo de oratorio, bajo la advocación de san Dimas, patrón de los condenados a muerte y de los ladrones.
El Buen Ladrón, conocido como san Dimas, fue el primer santo de la historia de la Iglesia. Este fue crucificado a la derecha de Jesucristo, al cual reconoció como Hijo de Dios diciendo: “Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”, y Cristo le prometió algo que a nadie más: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23, 39-43).
En el evangelio apócrifo el Protoevangelio de Santiago, José de Arimatea explica que “El segundo […] se llamaba Dimas; era de origen galileo y poseía una posada. Atracaba a los ricos, pero a los pobres les favorecía. Aun siendo ladrón, se parecía a Tobías, pues solía dar sepultura a los muertos. Se dedicaba a saquear a la turba de los judíos; robó los libros de la ley en Jerusalén, dejó desnuda a la hija de Caifás, que era a la sazón sacerdotisa del santuario, y sustrajo incluso el depósito secreto colocado por Salomón. Tales eran sus fechorías”.
A san Dimas, la Iglesia, oficialmente, nunca lo ha canonizado. Siempre reconoció su culto y aceptado que fue el propio Jesús quién lo canonizó en la cruz. San Dimas es venerado en muchísimos lugares, en unos como el Buen Ladrón y en otros como san Dimas.
El papa Benedicto XIV en su bula “De servorum Dei beatificatione et Beatorum canonizatione”, publicada en el año 1841, tratando del culto al Buen Ladrón tanto en Oriente como en Occidente, niega que pueda ser llamado mártir en el sentido propio del término. Está inscrito en el Martirologio Romano, aún sin citar su nombre, el día 25 de marzo junto a la Solemnidad de la Anunciación.
A san Dimas los fieles católicos recurren para recuperar los bienes robados a través de oraciones de petición:
“Oh, glorioso san Dimas
Te suplico que intercedas por mí
Ante Dios Nuestro Señor,
Para que ablande el corazón de la persona
Que me ha robado,
Para que me devuelva mis bienes.
Oh, glorioso san Dimas,
En ti pongo mi fe y mi confianza,
Sé que tú pedirás a Dios Nuestro Señor
Que haga este milagro,
Santo mío,
Me pongo bajo tu protección y amparo
Confió y espero este prodigio,
Que tú no me negaras”.
Muy buena información Esperamos ahora que los políticos,nos devuelvan nuestro dinero
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