NUEVA FIEBRE DEL ORO: PLANTAR HORTENSIAS

Las mafias la han descubierto y los “cocineros” han empezado a sintetizarla en laboratorios clandestinos como alternativa a la cocaína. Para evitar la toxicidad del cianuro que contiene, emplean robot Thermomix que complementan con laboratorios en desuso comprados en el mercado negro.
En principio, fumar las hojas de las hortensias no atenta contra ninguna norma jurídica, su manipulación incomoda los intereses del mercado de la cocaína. No es delito cortarla, consumirla, traficarla ni cosecharla. Se dice de ella que no tiene efectos aditivos, al mezclarla con tabaco no delata ningún olor extraño como ocurre con la marihuana. En opinión de algunas personas, fumar hortensias puede provocar confusión mental, somnolencia, dolor de cabeza, náuseas, convulsiones, jadeo, pérdida del conocimiento, enrojecimiento de los ojos.
La producción se distribuye fundamentalmente entre las Comunidades Autónomas de Andalucía, Canarias, Cataluña, Murcia y Valencia. En Cádiz la superficie de cultivo se reparte entre Chipiona, Sanlúcar de Barrameda, Jerez, Arcos y Rota, y en Sevilla son Los Palacios, Lebrija. Cádiz está a la cabeza en la producción y venta de hortensias para el consumo nacional y la exportación.

Debido a la alta demanda de esta flor por los laboratorios clandestinos en Francia, Alemania y Escandinavia, se ha disparado la plantación de hortensias consiguiendo sus productores pingues beneficios, a la par las mafias se abastecen de materia prima sin grandes riesgos e inversiones.
Las hortensias están siendo utilizadas como un sustituto de la marihuana y procesada se vende como opción a la cocaína. La intoxicación con hydrangina procedente de la hortensia, si la dosis no se controla, produce mareos, aceleración del ritmo cardíaco, problemas respiratorios y problemas gastrointestinales que en los casos más graves puede desembocar en diarrea hemorrágica.