El sol aparecía tímidamente en Madrid esa mañana de enero, cuando el AVE Madrid-Valencia partió de la estación de Atocha con destino a Valencia. El tren iba completo entre sus pajeros estaba Begoña, una joven abogada bilbaína que regresaba a su casa de la playa en Alcossebre, después de una dura semana de trabajo en la capital.
Begoña se acomodó en su asiento y sacó del bolso un libro para leer durante el viaje. Sin embargo, poco después de haber salido de la estación, notó que alguien la estaba observando. Volteó para ver al hombre sentado detrás de ella, pero rápidamente desvió la mirada. Begoña decidió ignorarlo y volver a su libro.
Pero al poco tiempo, el hombre comenzó a hablarle. Se presentó como José, un hombre de negocios que viajaba solo. Begoña trató de ser amable con él, pero se sintió incómoda y determino poner fin a la conversación.
Después de un rato, Begoña fue a tomar un café y estirar las piernas. José, sin embargo, no se movió de su asiento. Cuando la bilbaína volvió a su asiento, se encontró con una terrible escena. José tenía clavado un estilete certeramente en el corazón.
Begoña se quedó paralizada, atónita ante lo que acababa de ver. Los demás pasajeros comenzaron a gritar. El personal del tren rápidamente cerró el compartimento donde se había cometido el asesinato. El tren continuó su camino hasta la estación Joaquín Sorolla en Valencia, donde la Policía Nacional tomó el control de la investigación. El personal médico también llegó al tren y trató de reanimar al hombre, pero lamentablemente estaba muerto en el lugar.
La Policía Científica en cuestión de minutos y comenzó a investigar el crimen. Se tomaron muestras de ADN y huellas dactilares en el compartimento del tren y se interrogó a los pasajeros y al personal del tren. También se revisaron las cámaras de seguridad del tren para ver si había algún video que pudiera ayudar a identificar al sospechoso.
El hombre asesinado resultó ser un exitoso empresario de Madrid llamado Eduardo García. Tenía una esposa y dos hijos, y estaba de viaje de negocios en Valencia. El motivo del asesinato aún no se ha determinado, pero la Policía Científica encontró una cartera vacía cerca del cuerpo, lo que sugirió que el robo podría haber sido el motivo del crimen. Begoña fue interrogada y considerada como un posible testigo o sospechosa debido a que estaba sentada cerca de la víctima. Sin embargo, ella no pudo proporcionar ninguna información útil sobre el asesinato.
Finalmente, después de varios días de investigación exhaustiva, la Policía arrestó a un sospechoso. Era un hombre joven que había sido visto en el tren en el momento del asesinato. Tenía antecedentes penales y liberado recientemente de prisión. Confesó el asesinato durante el interrogatorio, alegando que había cometido el robo para conseguir dinero para drogas. La Policía no le creyó y sospecha que la muerte del empresario ha sido por encargo.
El asesinato a bordo del AVE Madrid-Valencia ha provocado conmoción en la opinión pública y preocupación por la seguridad en los trenes de alta velocidad. La compañía ferroviaria y las autoridades de seguridad se comprometen…
FUENTE: LA CUERDA, libro de Eduardo Arboleda