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La medicina sumerio-acadia fue muy primitiva. Los amuletos y los conjuros encantamientos venían a ser prácticamente toda la medicina preventiva contra las enfermedades. El dolor de muelas se intentaba curar, entre otros remedios, con la colocación de semillas de girasol en la muela dañada. De hecho, en este mito, el de muelas no lo causaba el supuesto gusano, sino que el mal se remontaba a la divinidad, atribuyéndole a ella (primer motor o gesto inicial de la Creación) el sufrimiento del enfermo.
La medicina de la antigua Mesopotamia contaba con pocos medios para hacer frente a las enfermedades. Aparte de una exigua farmacopea, uno de los remedios más utilizados para combatirlas era la formulación de encantamientos. En uno de ellos, copiado en época neobabilónica, pero de tiempos acádicos, se recogen interesantes observaciones de tipo cosmológico:
“Después que Anul hubo creado (el cielo),
(que) el cielo hubo creado (la tierra),
que la tierra hubo creado los ríos,
que los ríos hubieron creado los canales,
que los canales hubieron creado el marjal,
(y) que el marjal hubo creado el gusano,
el gusano compareció gimiendo ante Shamash;
sus lágrimas brotaron ante Ea:
«¿Qué me darás como alimento?
¿Qué me darás para que chupe?».
(Respondió el dios): «Te daré el higo maduro,
(o) el albaricoque».
«¿De qué me servirán el higo maduro
o el albaricoque?».
«¡Levántame y entre los dientes
y las encías (de los hombres) hazme vivir !
¡La sangre del diente chuparé
y de la encía roeré
sus raíces!».
«Clava la aguja en el diente y coge el extremo del gusano».
«Por haber dicho eso, oh gusano,
¡Qué Ea te hiera con el poder de su mano!»”.
FUENTE: F. Lara Peinado, otros.