UN ERROR DE ESTAMPACIÓN ES EL ORIGEN DE LOS LUNARES EN EL TRAJE DE GITANA

A finales del siglo XVIII es cuando aparece por primera vez ese estampado de círculos o manchas redondas, muchas veces desiguales, sobre un fondo de otro color. Hoy día nada raro vemos, pero en su momento esto fue un error de estampación. Esas telas de lunares eran tejidos con fallos, puesto que ese no era el efecto que se había buscado. Para darles salida se vendían a un precio mucho más bajo que otras telas. Es por ello por lo que las gentes más humildes eran quienes vestían con ellas. De este modo, se convirtieron los lunares en una seña de negativa distinción que marcaba a aquellos con menos recursos económicos. Tanto era así que las mujeres pintaban más lunares para intentar disimular la más que notable tara de sus vestidos.
La mayoría eran mujeres de campo en general. Muchas de ellas de etnia gitana, eran estas las que llevaban sus trajes de lunares a las ferias cuando acudían allí a vender y comerciar con el ganado.

Si tenemos que buscar el momento en el que el traje de gitana empezó a popularizarse hay que remontarse a 1847. En este año, con motivo de la Feria de Abril del ganado que se celebraba en Sevilla, muchas mujeres gitanas acompañaban a sus maridos y usaban estos peculiares atuendos para lucirse en el evento. Lo que en principio era una feria de ganado con el tiempo se convirtió en un encuentro para la fiesta y el ocio y aquellas batas con volantes, lunares y bordados que lucían las mujeres de los tratantes de ganado, se convirtieron en objeto de atracción para las señoras de alta sociedad. Fue a partir de 1929, durante la Exposición Iberoamericana, cuando su uso se oficializó.

El traje de gitana es el único traje regional que ha evolucionado en el tiempo, convirtiéndose en todo un referente de la cultura española y un icono de moda, ya que cada año se renueva y reinventa el traje con nuevos materiales, complementos o estampados. Tiene un marcado escote en pico, redondo o cuadrado, ciñéndose en el talle para luego abrirse en la cadera y llega hasta los tobillos. Se adorna con volantes en la falda y en las mangas. Suelen llevar colores alegres y el estampado más típico es el de lunares, aunque también los hay lisos.