Sonidos de espiritualidad inundan la primavera andaluza, sumándose a la fragancia borboteante del azahar que impregna los sentidos con su aroma callejera, salpicando corazones.
Los cielos laboran en la primavera religiosa por caminos inescrutables. No hay que tratar de convencer, ni de vencer.
La saeta es un cante limitado en el tiempo, únicamente se puede escuchar en un momento determinado del año.
La saeta es dura, simbólica, dolorosa, y hay que salir a su encuentro. Hay que librarse de todos los prejuicios, y hay que esforzarse para entenderla. Solo desde su ternura infinita se comprende su dolor, su desolación, su desgarro.
La saeta vieja de Arcos además de carecer de los ajai!! sevillanos, es muy lineal y repetitiva, su final es retorneádo y sus terminales de estrofas son de entonación elevada es decir no caen abajo como es normal en otras saetas, los entendidos en este cante dicen que las saetas de Arcos y Marchena son las mas antiguas de Andalucía.
La saeta de Arcos de la Frontera, del todo no se ha perdido. En donde quedan rescoldos hay fuego. Su saeta vieja o antigua, por seguiriya corta, popular, llana y liza, con gran valor musical que termina en bajo, esa misma que el cantaor no se puede adornar, aún pervive.
“Mira que bien vienes
y que bonito vas.
Quien te acompaña.
Si malos son los
de adelante.
Más malos
los que van atrás”
Al final de una saeta, esto cantó “Sabas de la Rosa Navas”, en clara referencia a la Guardia Civil, que acompañaba el Paso del Nazareno, tanto en su parte anterior como posterior. Naturalmente lo trincaron y fue a parar al cuartelillo en donde le darían de todo menos besitos.
El Sabas, fue un magnifico oficial de primera en la construcción y con sobresaliente, de la CNT. Un ser sensible cuyo único pecado fue el tener un grosor de piel muy tenue que no le protegió del mundo que le rodeaba y sus injusticias. No lo soportó y colgó su vida de la percha sangrante del alcohol.
Sabas de la Rosa Navas, es el saetero «maldito» del que nadie se atreve a hablar, tan solo los menos han oído de él en Arcos de la Frontera (Cádiz).