He vivido varias glaciaciones……a modo del Tiranosaurio Rex. Sé muy bien, como el “Juntaletras” que soy, que los preocupados por los temas sociales, culturales, educativos… siempre son muy pocos.
En Jerez de la Frontera, lo esencial siempre se oculta en las anécdotas. Prosperan las mentiras y se disimulan las verdades. La ciudad está tan desaparecida con respecto a lo que está pasando por ahí afuera y en sí misma. La gente ya no cree en el sistema democrático porque no cumple sus promesas.
Antes de 1863 era costumbre que los trabajadores, tanto si estaban empleados por grandes empresarios como por pequeños, cobraran diariamente sus jornales. En las épocas de cosecha, estos incluían a menudo pan y comida. Aunque los salarios eran bajos y la comida escasa, los obreros podían trabajar a su ritmo. Después de 1863, para mantener su tasa de ganancia, los patronos trataron de aumentar la productividad individual de cada trabajador mediante el sistema de destajo. Esto representaba una aceleración del ritmo de trabajo y daba a los patronos muchas facilidades para defraudar a los obreros. Los jornaleros se vieron obligados a aceptar el pago por superficie trabajada en vez de por día.
Hay un estrecho paso entre el mundo del ayer y el miedo de hoy. Nos aterra la certeza de que no sabemos nada del presente, y menos si este llegará a ver el mañana.